
Su nombre es mito. Casi un millar de cosas se llaman como él en todo el mundo: calles, ciudades, escuelas, universidades, y hasta un cráter en la luna. Humboldt, que había estudiado ingeniería de minas y se especializó en Hacienda, devino autodidacta en un sin número de disciplinas especiales imposibles de dominar hoy día por una sola persona. Desde anatomía hasta historia antigua, pasando por botánica, geología, matemáticas, filología, mineralogía, zoología.
Pero, todavía es más interesante lo que hizo con su conocimiento. A diferencia de Einstein, que utilizó su genio para combatir la incertidumbre, que le aterraba, y de Hawking, quién según su esposa, no logra encontrar nada con que sustituir a dios, si no él mismo, Humboldt intentó deducir una nueva forma de vida de sus investigaciones, por más abstractas que puedan parecer alguna de ellas. Para él lo importante era el diálogo interdisciplinario y la movilidad era el programa.
El Barón realizó el primer viaje a ultramar sin motivo de conquista o colonización, sólo por su afán de saber y pagado por sus propios medios. En 1799 se embarcó rumbo a Venezuela junto a su amigo, el botánico y médico francés Aimé Bonpland. Humboldt, “una Academia ambulante”, según Goethe, transportaba consigo los cincuenta aparatos modernos de medición de la época y un laboratorio científico viajaba en su maleta.
“Coleccionaré plantas y animales, investigaré la temperatura, la elasticidad, el contenido magnético y eléctrico de la atmósfera, mediré montañas, ríos...” eescribió, pero lo fundamental sería investigar “la intercorrelación y la interacción de todas las fuerzas naturales”, incorporando la geomorfología, la hidrogeografía, la climatología, la geografía botánica, zoología y también la humana. Con las dimensiones naturaleza, hombre, sociedad e historia.
Antes de llegar a sudamerica paso por la isla canaria de Tenerife e inicio la subida al Teide,
"la cumbre del Pico de Tenerife,
cuándo una capa horizontal de nubes de una blancura deslumbrante separa el cono de las cenizas de la meseta inferior, y cuando, de repente, de resultas de una corriente que sube, la vista puede al fin penetrar desde el mismo borde del cráter, hasta las viñas de La Orotava, los jardines de naranjos y los grupos frondosos de plataneras del litoral". (Humboldt. Kosmos) Una carta del barco anunciando el retraso de la salida le permitió visitar los lugares cercanos y frecuentar la sociedad de La Orotava(Tenerife). De regreso en La Laguna(Tenerife), el cónsul de Francia y naturalista Broussonet ofreció encargarse del envío de las colecciones hechas en Tenerife. Humboldt escribió a su hermano "Me voy casi con lágrimas en los ojos. Quisiera venir a vivir aquí".
Humboldt dedicó treinta años a elaborar lo explorado y, en 1847, publicó su libro Cosmos, que causó furor en su época, aunque también le valió públicamente el insulto de “asesino de almas” por ser considerada una obra “atea”.
