17 mar 2011

El peine del tiempo el que nos deja a todos calvos…


Que difícil es pensar en el tiempo, porque para pensar algo hay que fijarse en ello y fijarlo, pero el tiempo no se deja fijar, no hay modo de verlo quieto.

Estar hechos de tiempo significa estar abocados a la muerte, ¡que poco nos importaría el tiempo si nos creyésemos inmortales! Nos desentenderíamos de él como los niños pequeños, que nos dicen “ ¿te acuerdas de ayer..?” y se están refiriendo al verano pasado…¡o a esta misma mañana!. La temporalidad es la conciencia de nuestro tránsito hacia la muerte y del tránsito del fin de las cosas que amamos. Por eso nos urge, por eso nos angustia, por eso nos empuja a la melancolía…o al desafío.

Y nos preguntamos, ”¿quién es el tiempo? ¿soy yo mi tiempo?” a esta inconsistencia transitoria le escribía Borges: “ El tiempo es un río que me arrebata, pero yo soy el río; es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre; es un fuego que me consume, pero yo soy el fuego. El mundo, desgraciadamente, es real; yo, desgraciadamente, soy Borges.”

Ser temporales es siempre vivir poco, pero también proporciona un sabor fuerte, intenso, a la brevedad vital que paladeamos. La vida nunca puede dejarnos indiferentes porque siempre se está acabando: y el acecho de la muerte vuelve desgarradoramente interesante el más insípido de los momentos.

Me uno a las mil complicidades de quienes saben que van a morir para afirmar juntos la presencia de la vida.

8 mar 2011

8 marzo

«Mujer si te han crecido las ideas
de ti van a decir cosas muy feas:
que no eres buena, que si tal cosa,
que cuando callas te ves mucho más hermosa.

Mujer, espiga abierta entre pañales,
cadena de eslabones ancestrales.
ovario fuerte, di lo que vales,
la vida empieza donde todos somos iguales.
Ángela, Jane y antes Manuela.
Mañana es tarde, el tiempo apremia.

Mujer si te han crecido las ideas
de ti van decir cosas muy feas,
cuando no quiera ser incubadoras
dirán, no sirven estas mujeres ahora.

Mujer, semilla, fruto, flor, camino,
pensar es altamente femenino.
Hay en tu pecho dos manantiales,
fusiles blancos y no anuncios comerciales».