15 feb 2011

el amor está en el seso no en el corazón


" las autoridades Sanitarias advierten
que la química del amor a parte de
agilipollarte produce adicción"



Cuando nos enamoramos el cerebro produce cantidades ingentes de feniletilamina, un compuesto de la familia de las anfetaminas que, curiosamente, se encuentra en cantidades generosas en el chocolate ( de ahí que cuando se rompa una relación sea un recurso muy socorrido, junto con las tarrinas de medio litro de helado, aunque se duda que haya cantidad suficiente para provocar ese efecto y quizá sea más efecto placebo que otra cosa). La feniletilamina causa la euforia y la excitación inicial, ese estremecimiento que nos entra cada vez que vemos a la persona que nos atrae, esas maripositas en el estómago. Además, da comienzo a todo el proceso: se segregan cantidades mayores de dopamina que es la encargada de los mecanismos de refuerzo que nos llevan a repetir aquello que nos da placer, como besar a nuestra pareja,nos motiva a estar más tiempo con ella, además de prolongar esa sensación de placer, emoción y euforia junto con estar más pendiente de todo lo que atañe a nuestra media mandarinita; la adrenalina, que nos pone el corazón acelerado en cuanto vemos a nuestro cariñín o nos hace ponernos a dar saltitos por la habitación como quinceañeras cuando recibimos un sms del cariñín dichoso, además de disminuir drásticamente el apetito y dar una vitalidad increíble. También se dispara la oxitocina, encargada del deseo sexual y del estrechamiento de los lazos afectivos. Todos estos neurotransmisores combinados forman un cóctel explosivo que hace que nos tiremos horas hablando y "sumergidos en las mieles del amor y la pasión", por decirlo poéticamente, sin cansarnos ni tener sueño. La vasopresina también hace de las suyas, y es que está muy relacionada también con el enamoramiento y los lazos afectivos, al igual que la oxitocina. Y que no se nos olvide la testosterona, incitadora del deseo sexual.Sin embargo, esa borrachera amorosa no dura toda la vida, sino que llega un momento en el que nos hacemos resistente a ese cóctel explosivo, que los receptores que hay en el cerebro para esos neurotransmisores se saturan y no dan más de sí, con lo que la respuesta es menor o nula. Es entonces cuando hacen su efecto las endorfinas, que son las que nos dan esa sensación de sosiego, de calma, de estabilidad, pasando del enamoramiento explosivo y brutal al amor tranquilo y sereno. También conservan un papel importante en esta fase la oxitocina y la vasopresina, encargadas como mencione antes de los lazos afectivos.


10 comentarios:

  1. menos mal que es transitorio!! muchos besos guapa.

    ResponderEliminar
  2. supongo que este post venia por ese día de los enamorados que creo se celebra en una gran parte de nuestro planeta no?...tú como siempre tan irónica, a mi no me importa estar enamorado continuamente, reconozco que tengo un gen desarrollado de dependencias,
    el amor cuanta pasión, hasta mi vecina engendra deseos ocultos de enamoramiento en mi seso ,consiguiendo hacerme volar entre fantasias de vida.
    saludos pecado amoroso.

    ResponderEliminar
  3. Dicho esto, yo prefiero los amores de endorfinas.

    ResponderEliminar
  4. Esto se lo tengo advertido a mi hijo el solterín, pero es muy cortito y me parece que no acaba de enterarse. Ultimamente se ha comprobado que la música que nos agrada también estimula la producción de endorfinas. Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Muy buen post guapa!! te envio jeringa cargada con finiletilamina,dopamina,oxitocina,endorfina y paternina asi te la aplicas en medio de la...corteza cerebral jajajajja

    te mando un besote!!
    Muaackk

    ResponderEliminar
  6. jaja, pero que dulce colocón!! Dame veneno hasta los 100. En mi caso la edad no me ha hecho más sabia ni más feliz, ni ná.
    Me gusta tu blog.

    ResponderEliminar
  7. Hola Nieves, razón tienes, de lo contrario se haría insufrible.Besos para ti tambien ya voy a visitarte.

    Hugo, que latino eres mi amolll, sonrio con lo de las vecinas, por aquí tengo yo alguna que no está nada mal jeje

    Hola escapista, con las endorfinas ando yo liada hace tiempo pero admito que alguna vez añoro otras sustancias

    Emejota, los hijos ya sabes harán lo contrario a lo que digamos, dejalo que aprenda jaja, la música a mi me pone las endorfinas y el tiroides y la barriga etc jaja

    Querido Juan Carlos, ojala existiera ese cóctel en pastillitas y así evitamos a muchas pollerudas ja ja
    un drogadicto beso

    Hola PATSY, encantada de tenerla por aquí, y gracias por tu comentario, nos volveremos a ver.
    Sí, dame colocón pero sin responsabilidades jaja

    ResponderEliminar
  8. Si, todo eso está muy bien, pero a mi siempre me entra al bajón a la hora de pagar. :D
    ...En el fondo soy un romántico.

    ResponderEliminar
  9. Interesante artículo sobre un sentimiento indispensable.

    ResponderEliminar
  10. Hola Lola! Primero, darte las gracias por seguirme, te he añadido a mi lista de blogs que todo el mundo debería visitar.
    Luego, quería avisarte de que he publicado este mismo post en mi blog (dando la referencia y citándote), porque me ha parecido fantástico. Si tienes algún problema o prefieres que lo retire, avísame en un comentario o mediante un mensaje, como prefieras.
    Sigue así, apoyando la ciencia, tirando por tierra a los vendemisterios, disfrutando de la vida.
    Un saludito, y gracias!

    ResponderEliminar

consignarón